Ser mujer en el deporte: un esfuerzo significativo

A los humanos les encanta desarrollar su potencial. Aristóteles hablaba de una vida eudaimónica con un propósito orientado a acciones virtuosas como la sabiduría, la valentía, la humanidad, la justicia, la templanza y la trascendencia. Jonathan Haidt traduce una vida eudaimónica como aquella en la que uno desarrolla sus fortalezas, alcanza su potencial y se convierte en lo que es auténtico según su propia naturaleza. Como mujer en el deporte de élite que ha tenido la oportunidad de ser líder, mi rol ha sido desafiante y profundamente significativo. Al principio, empecé a correr y andar en bicicleta porque disfrutaba superarme y, me atrevería a decir, demostrar mi valía. Con el tiempo, se convirtió en mucho más: ayudar a otros a descubrir su pasión y curiosidad, y animarlos a perseguirlas. El problema es que las mujeres estamos socializadas para priorizar a los demás y minimizar nuestros logros, así que, cuando se trata de metas deportivas, algunas nos preocupamos decepcionar a alguien si perseguimos las nuestras. Sin embargo, cuando persigues tus metas, experimentas crecimiento personal y cambios de perspectiva, en tu forma de actuar y en el ejemplo que das a los demás. Practicar un deporte no es sólo una puerta de entrada al rendimiento: es una puerta de entrada a la autorrealización y a la creación de sentido en la vida.

El psicólogo Michael Steger define una vida plena en términos de propósito, deseo de comprender nuestras experiencias y claridad sobre quiénes somos. Los deportes de resistencia suelen practicarse en solitario, con mucho tiempo para reflexionar sobre la vida y encontrar un significado profundo, además de resiliencia y confianza. Empecé a practicar deporte porque era divertido superarme y estar rodeada de personas con ideas afines que disfrutaban del proceso, la disciplina y la identidad de trabajar para alcanzar metas deportivas. Ser mujer me ha ofrecido una vía para encontrar aún más significado, aunque existen desafíos como mujer en deportes dominados por hombres. Seguimos trabajando por la igualdad y hemos visto mejoras. En muchas disciplinas de ciclismo de montaña, ahora corremos la misma distancia que los hombres y recibimos los mismos premios. Las distancias "ultra" tradicionalmente han tenido menos mujeres. Quienes participamos en carreras de larga distancia trabajamos para aumentar la participación compartiendo las habilidades mentales y las historias de otros. Creo que podemos experimentar la autotrascendencia en estas pruebas más largas. Me apasiona ayudar a otras personas, especialmente a las mujeres, a encontrar su autonomía y creo que pueden lograr algo al ser modelos a seguir. Si te ves reflejada en alguien y hace algo que desearías poder hacer, puede cambiar tu convicción sobre tus propias capacidades. He perseguido metas deportivas más ambiciosas porque he visto a otras mujeres hacerlo antes que yo. Por eso es tan importante perseguir tus metas, porque va más allá de superar tus propios retos; llevas a otras contigo (consciente o inconscientemente) en el proceso.

Convertirme en madre en 2020 planteó uno de los mayores desafíos a las ideas preconcebidas de ser una ciclista de montaña profesional. No conocía a ninguna otra ciclista de montaña profesional que siguiera compitiendo con bebés. La tendencia era que las mujeres se embarazaban y se retiraban. Pero ¿y si yo no quería retirarme? ¿Qué pensarían de mí? ¿Me seguirían tomando en serio? Pensé en mí misma a largo plazo y me di cuenta de que me arrepentiría si no tuviera hijos, incluso si eso significara que mi carrera sería más difícil con los niños a cuestas. Nunca tomé los caminos preestablecidos, y esto no sería diferente. Cuando anuncié mi embarazo, me preocupaba que la percepción de la gente sobre lo que era capaz cambiara de la noche a la mañana. Demostré que se puede hacer ejercicio (con la aprobación de un médico) durante el embarazo. Una norma cultural que muchas mujeres están superando es que no hay que renunciar a lo que uno es por ser madre. Me enorgulleció dar un ejemplo que generó un cambio positivo para otras mujeres que estaban considerando el mismo camino.

Y, sin embargo, este camino no ha sido fácil. Ahora tengo dos niños pequeños (de casi 2 y 4 años). Sigo compitiendo al máximo nivel. Estoy trabajando para cambiar la perspectiva y crear una nueva norma para las madres deportistas. Primero, se puede lograr, aunque parezca radicalmente diferente. Segundo, no será un camino perfecto y será diferente para cada persona. Tercero, vale la pena porque aún puedes encontrarle sentido al deporte, y me atrevo a decir, encontrarle aún más sentido después de ser madre: tu propósito, la importancia y la coherencia de lo que haces se hacen evidentes.

En 2020, después del nacimiento de mi primer hijo, nos propusimos crear un documental que desde entonces ha recorrido el mundo y ganado muchos premios sobre desafiar las normas culturales y la identidad de ser una madre deportista.

A menudo puede haber una paradoja entre una vida "feliz" y una "con sentido". Hay coincidencias, pero preferir la comodidad y el placer al sentido no es mi opción. Hacer cosas difíciles no siempre se siente bien (piensa en la última hazaña atlética de la que te sientes más orgullosa), pero probablemente valió la pena y te generó una sensación de logro. Personalmente, ser mujer en el deporte significa afrontar retos, ser líder, abrir camino, honrar a quienes lo hicieron antes que yo para facilitarme el camino y ayudar a otros a creer que también pueden lograr cosas difíciles y asombrosas.

¿Quieres saber más? Visita sonyalooney.com, sigue a Sonya en Instagram y visita womenscyclingsummit.com, que regresa a Breckenridge en agosto.

Biografía corta: Sonya Looney es una ciclista de montaña profesional de ultra resistencia, excampeona mundial y cuatro veces campeona nacional de EE. UU. Ha participado y ganado las carreras de montaña más difíciles en más de 25 países. Es coach de rendimiento mental, coach de salud y bienestar certificada por la Junta Nacional de Coaching, y presentadora de The Sonya Looney Show, donde ayuda a las personas a alcanzar su máximo potencial explorando el alto rendimiento y el bienestar. Sonya es una prolífica conferenciante y también ha impartido una charla TEDx sobre la redefinición del éxito. Sonya cursa una maestría en Psicología Positiva Aplicada en la Universidad de Pensilvania y reside en Squamish, Columbia Británica.

Foto de portada de Leslie Kehmeir